12 de diciembre de 2012

Reseña. La Emperatriz de los Etéreos ~ Laura Gallego García


Título original: La Emperatriz de los Etéreos
Autor: Laura Gallego García
Editorial: Alfaguara
Año de publicación: 2007
Número de páginas: 312
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 978-84-204-7270-6
Precio: 15,95€


SINOPSIS

Bipa no cree en los cuentos de hadas. No le interesa nada más allá de las cuevas donde vive su gente. En cambio su amigo Aer, el hijo del extrangero, parece que cada vez se aleja más de la realidad y va dejándose absorber por el brillo de la estrella azul... donde dicen que vive la Emperatriz de los Etéreos.
¿Por qué quiere partir si en el exterior sólo hay hielo y al parecer lo unico que se encuentra es la muerte?

Comentario crítico personal

Laura Gallego nos cuenta la historia de Bipa, una chica que vive en su aldea, con su familia y con su mejor amigo Aer, que parece tener la cabeza llena de pájaros y las leyendas que cuentan en la aldea sobre la Emperatriz, su palacio y el poder que ejerce sobre todo aquél que intenta acercarse a ella. El mundo en el que viven está rodeado de hielo, las espesas nubes y la densa niebla ocultan por completo el sol desde hace ya cientos de años, haciendo del invierno una estación eterna y frío permanente.

Todo es normal en la aldea de Bipa hasta que Aer desaparece en busca de su padre, que salió de la aldea en busca de la Emperatriz y de un lugar mejor.
Suspiró. Ahora comprendía que se equivocaba; que, aunque no entendía la razón, para Aer nada de lo que había en las Cuevas podía superar lo que el Exterior le prometía.
Con la única compañía de un gigante con cuerpo de nieve y escarcha, Bipa sale al gélido mundo exterior en busca de su amigo, mas Bipa no imagina lo que se encontrará en su viaje, los enemigos que la acecharán con cada paso que de, ni el misterio que oculta la luz de la Estrella Azul, que la vigila desde el cielo.

~

Siempre fui una fiel lectora de Laura Gallego, me maravillaron Las Crónicas de la Torre y Fenris el Elfo, así como Memorias de Idhún. Pero este libro supuso una gran decepción para mi y para muchos que conozco. La protagonista principal es el único elemento del libro que yo salvaría, por su personalidad fuerte y bien forjada, pero a la historia le falta algo de acción. En sí el libro guarda muchos valores, pero carece de fundamento, como la época en la que está situada la historia, el significado de la Estrella Azul y muchos de los elementos y personajes que aparecen en el libro, que parecen guardar un mensaje, mensaje que al acabar el libro no percibes de ninguna forma. ¿Qué me ha mostrado este libro? Si es que hay algo, no lo he podido interpretar.


Puntuación: 5 (sobre 12)

7 de diciembre de 2012

El creador de materia

Con mucho esfuerzo, levantó el rostro hacia el cielo y abrió los ojos. El impacto de las gotas de lluvia le hacían parpadear con frecuencia, pero durante breves instantes podía ver su descenso, la forma, el espacio infinito entre ellas, el golpe de frío que dejaban tras de sí... Tan perfectas. Casi parecían reales.

Descendió de la colina y se adentró en el bosque, patinando en el césped mojado sin llegar a caer, había hecho el mismo recorrido tantas veces que conocía cada brizna de hierba que pisaba, evitaba las raíces que emergían de la tierra sin necesidad de mirar al suelo y se apoyaba en los troncos de los árboles con una caricia. Conocía esos bosques tanto como a sí mismo, tal vez más. En unos instantes salió del bosque y atravesó la pequeña explanada hasta llegar a la casa. Cerró la puerta tras sí y subió de cinco zancadas la escalera hasta la Sala de los Engranajes.


No recordaba nada de antes, de cómo había llegado a aquél lugar. Su memoria comenzaba con la niebla, la humedad tomando forma en su piel, el vapor saliendo de su boca, y los árboles. Despertó en mitad del bosque sin más pertenencia que una llave colgada al cuello, sin saber quién era ni dónde se encontraba, pero su cuerpo parecía conocer el movimiento, sus piernas sabían ponerse en pie y sus manos tantearon en la espesura hasta llegar a la casa. En ella no encontró a nadie, a pesar de estar llena de objetos y víveres, el recibidor daba directamente a una sala de estar en la planta baja, una cocina abierta y un baño en un extremo. En un lado una escalera llevaba a la planta superior, donde sólo había una habitación cerrada con llave.

No hubo necesidad de detenerse a pensar, sabía que la llave que llevaba consigo abriría aquella puerta, lo que no imaginaba, es lo que encontraría tras ella.

Había cientos de engranajes, de bronce y plata, que crecían como las ramas de un árbol inmenso, en el suelo eran enormes como barriles de cerveza, y a medida que iban subiendo hacia el techo de la habitación se hacían más pequeños, hasta alcanzar el tamaño de un botón, encajándose unos con otros, como las piezas de un puzzle. En el centro de la habitación se levantaba una columna de mármol gris, en ella reflejaban destellos dorados y plateados de las piezas que llenaban la habitación, pero parecía emitir luz por sí misma. Labrado con letras en bronce, un mensaje rodeaba la columna con un abrazo en espiral.


"El materialismo es tu condena, 
mas tu jaula no está hecha de material 
destructible
En la mente del que aguarda
 con el tiempo y la distancia entre sus fauces
se halla la llave 
que abre la puerta que entra"




Hoy he abierto los ojos.

Hace ya mucho desde la última vez que los abrí, coincidiendo en una calurosa noche de verano, estrellada en un cielo protegido con una capa de contaminación lumínica. Aquella vez no había mucho que ver.

Pero esta vez ha sido distinto. Hoy he visto a  Uyulala, y el mundo entero ha cobrado sentido. Me he quedado ciega, he saboreado los colores, he tocado las vibraciones... y he escuchado la luz que emerge de los cuerpos. Eran escamosos, y podía percibir su brillo en el interior de mi mente, me hacían daño.

Y cuanto más miedo, más gozo. Todo mi ser se estremecía bajo los truenos y las llamaradas, el viento me hacía volar por los aires, me estampaba contra el agua. Y, en la más absoluta calma, bocanadas de aliento me columpiaban entre dientes de león.

Hoy he cerrado los ojos con el corazón en los labios. La espera hasta volver a verte será eterna.